BALANCE CRÍTICO

Las experiencias a las cuales se hace mención, tienen un carácter innovador, sin embargo les falta el fin real de la inclusión, en donde es necesario hacer participe a toda la ciudadanía, en primera medida la iniciativa IRIS es promovida por una empresa la cual tiene fines lucrativos, solo va dirigida a una institución seleccionada y realmente no tiene un fin social, sino más bien económico; entonces cabe preguntarse ante este avance. ¿qué sucedería con las personas de escasos recursos que no estén en dicha institución?, ¿cómo harían para acceder a tal material didáctico?, ¿cómo asumirían su proceso educativo frente a personas que si logran el acceso al material por tener el dinero necesario para adquirirlo en el mercado?.
El CURSO-TALLER apoyado por la institución de Colombia Aprende se enfoca en que la comunidad en general acceda y aprenda el braille, pero esto deja de lado el trato con la persona discapacitada, se enfoca en lo teórico y olvida el aspecto práctico y humano.
El CENTRO TIFLOTECNOLÓGICO HERNANDO PRADILLA COBOS, siendo parte de una institución universitaria de índole pública permite que cualquier estudiante acceda a dicho centro y que con la ayuda pedagógica de los tiflólogos pueda guiarse y avanzar en su proceso de estudio, pero y cuándo sale del centro ¿quién lo ayuda?.
Considero que si se habla de inclusión, lo mínimo es que cada ciudadano tenga al menos una idea mínima del trato con una persona de baja visión o ciega, es decir por lo menos entender que hay dos tipos de discapacidades visuales, que no solo se trata de que no pueda leer como nosotros o que no vea el bus, sino que necesita guiarse por medio de sus otros sentidos y por lo cual la vida en una ciudad como Bogotá es mucho más caótica, que para un ciudadano con uso pleno de todos sus sentidos. Por ende no solo se trata de que los ciudadanos aprendamos braille, es decir decodificar sino tomar conciencia de ayudar a nuestros pares.